sábado, 28 de agosto de 2010

Tragedia en Baltimore

Aquella alma atormentada que de su mente se proyectaban los miedos de las personas.
Espero nunca ser torturado por un cuervo que refleje mi miseria, o que los ángeles envidien mi amor y en el mar se lleven a mi amada.
Me gustan los gatos, no creo que alguno saque lo peor de mi y me haga decapitar a la persona que amo.
Remordimiento, culpa, paranoia, eso no va conmigo, es imposible que el día en que mate a alguien escuche sus latidos y confiese mi crimen.
El día en que halla una peste, no moriré en un palacio celebrando mi grandeza, sucumbire ante ella con todas las personas sin riquezas.
Si sufro de catalepsia, mi padre se encargara de degollarme para no sufrir un entierro prematuro.
Ojala que mi homicida ambición no sea frustrada por algún perverso demonio.
Después del baño de sangre que dejare por las calles rezare para que Dupin no siga mis huellas.
Y lo único que lamentare es saber que Lenore murió tan joven, doblemente muerta.
El alcohol me consumira, y me lamentare al saber que todo en mi pequeño mundo nunca alcanzo a ser ni tu sombra, se que no moriré a los 40 años, se que no moriré en Baltimore, se que no moriré dejando un legado de terror, solo seré un demente mas que te admiro Edgar.

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