Exiliado del imperio azul por desacatar las ordenes de la malvada emperatriz el joven ciclope tuvo que encontrar un nuevo rumbo. El estaba determinado a volver al bosque de las araucarias, pero por capricho de los dioses, su camino hacia el bosque fue interrumpido y sin dejarlo sin otra elección, el joven ciclope termino en la tierra de los leones. Muy obstinado era este joven ciclope, pues por un considerable tiempo intento volver al bosque de las araucarias. Ya viendo que tenia nula posibilidad de volver a sus queridas tierras se resigno a someterse al deseo de los dioses.
Una vez establecido en la tierra de los leones, este ciclope se hizo amigo de un conejo y de una computadora.
Al cabo de un tiempo la computadora se fue con una comadreja y el ciclope se quedo con el conejo, así su amistad se fue acrecentando.
Un día, mientras viajaban por la tierra de los leones, encontraron a un mercader llamado Mesaps, que les proporciono un fruto de un típico sabor, similar al fruto cítrico.
Este fruto de carácter casi adictivo, enloqueció a estos personajes, que todos los días iban donde Mesaps a comprar este fruto, hasta que un día el mágico fruto tuvo un sabor distinto. El ciclope y el conejo se fueron triste ese día pero esperanzado de que al día siguiente su ambrosía tuviera nuevamente su magnifico sabor, pero todas las veces que volvieron por su delicia, se encontraban con el mismo desagradable sabor.
Como consecuencia de esto nacieron las siguientes palabras.
- Demonios conejo, estos frutos ya no están como de la vieja escuela
- Haha si, oye ciclope, tu que manejas lenguas extranjeras. ¿Como se dice vieja escuela en el dialecto de Gran Bretaña?
- Old School
- Entonces podríamos decir que este fruto ya no esta como de la Old School.
Estas simples palabras fueron las que dieron vida a un gran imperio.
Dedicado a Fabian Vergara
